Han trancurrido aproximadamente 186 días desde mi último texto en esta suerte de despojo. Debo confesar que de ahora en adelante mi dinámica será un tanto diferente.
He dejado de ser el otro (o el mismo); y tanta impresición me dió la facultad de oleaje.
Mi labor próxima consiste, en volver mi ensueño de paseante al jardín melancólico, de seda. Mis días nublados en los ojos del suelo. En dar tiempo a mi muerte y que aprenda a morir.
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1 comentario:
todos somos el otro o el mismo, sólo que no todos dejamos aflorar ese otro que se mueve entre palabras, imágenes, sensaciones y expresiones íntimas y espontáneas
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